¡¡Hola pequemundo!!
Diciembre es un mes donde todo parece que va cuesta arriba. Mes de balances y profundas reflexiones.
Diciembre cerrando el calendario, recordándote que aquello que no hiciste durante el año, tampoco lo harás ahora…
Diciembre de sentimientos encontrados. Por un lado queremos que transcurra más despacio o que no termine nunca, y por el otro, por muchas otras razones, nos acelera y empujamos con todas nuestras fuerzas para que llegue ese nuevo año repleto de esperanza.
El Proyecto Bibliopeque termina en Diciembre de 2011, así lo hemos planteado desde principio de año, sin embargo, nadie parece hacerse cargo de ello y ya se está hablando de una nueva propuesta para 2012.
Veremos qué pasa…
Pero ahora les cuento lo que se hizo este mes, que no es poco se los aseguro.
Diciembre cerrando el calendario, recordándote que aquello que no hiciste durante el año, tampoco lo harás ahora…
Diciembre de sentimientos encontrados. Por un lado queremos que transcurra más despacio o que no termine nunca, y por el otro, por muchas otras razones, nos acelera y empujamos con todas nuestras fuerzas para que llegue ese nuevo año repleto de esperanza.
El Proyecto Bibliopeque termina en Diciembre de 2011, así lo hemos planteado desde principio de año, sin embargo, nadie parece hacerse cargo de ello y ya se está hablando de una nueva propuesta para 2012.
Veremos qué pasa…
Pero ahora les cuento lo que se hizo este mes, que no es poco se los aseguro.
♥ Recursos utilizados ★
“Los Recursos del Proyecto” ha sido lo que más ocupada me ha tenido. Aquí les dejo un enlace para que vayan mirando:
♥ Javier Villafañe ★
Otro pasatiempo que he disfrutado mucho ha sido la selección de escritores para completar la biblioteca virtual infantil. En este momento estoy con Javier Villafañe, titiritero, poeta y narrador, que dedicó a los niños, además del arte inigualable de sus títeres, hermosos libros de versos y de cuentos.
Circulen, caballeros, circulen
por Javier Villafañe
—Cuidado —decían los habitantes de la ciudad cuando algún turista iba a pasar al lado de la pared—, cruce la calle. Esa pared puede caerse.
Era un peligro esa pared. Podía caerse de un momento a otro.
Sobre la pared dormían la siesta los gatos en invierno.
Había lagartijas al pie de la pared.
Había una enredadera.
Había hormigas que subían y bajaban por la pared.
Había ratas debajo de la pared.
En un hueco de la pared había un nido de pájaros. Había arañas.
Un día hubo un terremoto. Todo se derrumbó en la ciudad: la iglesia, el hotel, la cárcel, los árboles. Sólo quedó la pared de pie, inclinada, a punto de caerse.
Circulen, caballeros, circulen. Buenos Aires, Ediciones del Cronopio Azul, 1995, Colección Libros de Fondo Blanco.
por Javier Villafañe
La Pared
En una ciudad, en la costa del Pacífico, hay una pared que está por caerse. Son los restos de una muralla que hace siglos —piedra sobre piedra— levantaron los indios.—Cuidado —decían los habitantes de la ciudad cuando algún turista iba a pasar al lado de la pared—, cruce la calle. Esa pared puede caerse.
Era un peligro esa pared. Podía caerse de un momento a otro.
Sobre la pared dormían la siesta los gatos en invierno.
Había lagartijas al pie de la pared.
Había una enredadera.
Había hormigas que subían y bajaban por la pared.
Había ratas debajo de la pared.
En un hueco de la pared había un nido de pájaros. Había arañas.
Un día hubo un terremoto. Todo se derrumbó en la ciudad: la iglesia, el hotel, la cárcel, los árboles. Sólo quedó la pared de pie, inclinada, a punto de caerse.
Circulen, caballeros, circulen. Buenos Aires, Ediciones del Cronopio Azul, 1995, Colección Libros de Fondo Blanco.
¡Feliz Año Nuevo!
Y esto ha sido todo desde acá.
Informaron desde Coronel Dorrego para toda la blogósfera, los peque de la biblio.
Por ahora, ya no hay más.
Informaron desde Coronel Dorrego para toda la blogósfera, los peque de la biblio.
